"Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo" (Rom 5:1 RVR1960)
La Reforma Protestante logró rescatar la doctrina bíblica de la justificación por la fe (Sola Fide). En un mundo donde las personas estaban esclavizadas a un sistema religioso corrupto, en donde la salvación era comprada, la luz del Evangelio resplandeció una vez más en las tinieblas. Es impresionante la cantidad de veces que los cristianos han leído Romanos 5:1, algunos lo han memorizado, pero no han entendido la magnitud del significado de esto.
La carta a los Romanos fue escrita por el apóstol Pablo, esta carta resulta intrigante y paradójica para muchos, pues por una parte resalta la imposibilidad del ser humano para salvarse y del otro lado de la moneda, la acción de un Dios Justo y Santo, que imputa justicia al cristiano por la fe en Jesucristo. Esta carta usa una frase muy interesante, dentro de toda la sistematización teológica que imprime Pablo a esta carta, encontramos dentro de sus letras la frase "justificados pues por la fe". Aunque los primeros capítulos de Romanos, son dedicados a hablar de la culpabilidad del hombre, judíos y gentiles por igual, y como estos son incapaces de salvarse a sí mismo; también cabe mencionar que el autor no deja sin esperanza al hombre sino que presenta la realidad de la Gracia divina. ¿pero qué quiere decir que somos justificados por la fe? lo que en realidad significa es que los creyentes son presentados justos delante de Dios; sin embargo, esto no es por sus propias obras, esa justicia es provista por Dios para el creyente cuando creemos en Cristo, porque el querer ser justo por sus propias obras es es imposible, resultó en un burdo intento de auto salvación y jamás se alcanza justificación delante de Dios por obras humanas pecaminosas.
"Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley". (Romanos 3:28 RVR 1960)
El problema de una mal interpretación de este pasaje, es el irse al extremo de lo que el escritor nunca quiso decir, es pensar que como el hombre es justificado sin obras; por lo tanto, no es necesario hacer obras, lo que resulta en una vida apática, fría y sin misericordia. Esta forma de interpretar el texto es un tremendo error, si bien las obras no salvan, son necesarias para evidenciar que nuestra fe es genuina. Observe lo que la biblia dice al respecto:
"Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma". (Santiago 2:17)
Ser justo por la fe no significa pecar, un buen complemento a la teología de pablo acerca de la justificación del creyente, son los escritos de santiago, los cuales recalcan que la fe va acompañada de obras; no obstante Pablo también enseñaba que una vida en santidad agrada a Dios (Rom 12). Sin una buena teología pensaríamos que la Biblia se contradice a sí misma, pues por un lado se habla de la justificación sin obras y por otra parte santiago habla acerca de la necesidad de las obras como evidencias de la fe.
En realidad no existe tal contradicción entre Pablo y Santiago. Las obras no salvan, no justifican, pero una fe salvífica siempre irá acompañada de obras; si no hay obras, la fe resulta vana y mentirosa, nadie puede decir soy salvo pero mi vida no ha sido transformada, somos salvos por la fe sin las obras ceremoniales de la Ley; sin embargo, la santidad y la obediencia es un distintivo de un corazón regenerado.
Escrito por Madaín Figueroa.
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