Sin duda alguna has escuchado acerca de la vida de Esdras, llamado por muchos como un reformador del Antiguo Testamento. La historia de Esdras está marcada por su devoción al Dios de Israel y el deseo ferviente de que su pueblo se torne en adoración al Dios de sus padres. El libro que lleva por título su nombre, contiene muchos aspectos interesantes de la historia de Israel, desde el decreto del rey Ciro, el retorno de los judíos a Jerusalén y el accionar de hombres como Zorobabel y el mismo Esdras. En esta publicación más que hablar de toda la historia que está en el libro de Esdras me enfocare en tres aspectos reformadores que él llevó a cabo y que son un modelo eficiente para el predicador de hoy.
Predicar para un ministro, pastor y líder, es el arte de comunicar las verdades de la Palabra de Dios; por lo tanto, el predicar debe ser una actividad seria y profunda que no puede ser tratada con irreverencia. Hoy en día parece que el modelo de predicación es hueco, sentimental y aislada de la historia bíblica. Es precisamente aquí donde nos es menester tornar al pasado y ver el modelo bíblico de un buen predicador como lo fue Esdras. Veamos el siguiente texto que nos servirá como base para el estudio de hoy.
LA PREDICACIÓN DE ESDRAS
"Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos". (Esdras 7:10 RVR)
Hay algunas acciones interesantes que Esdras tuvo que hacer para que su pueblo se tornara hacia Dios. Este es el punto principal para todo predicador, no engrandecerse a sí mismo, tampoco se trata de buscar enseñar nuestros propios pensamientos sino buscar por medio de la exposición fiel de las Escrituras, que la Iglesia del Señor se torne en adoración real, no en una adoración vana ni emocional sino un verdadero arrepentimiento.
Hay cuatro acciones que el reformador llevó a cabo y que nos sirven como modelo para los predicadores de este tiempo, acciones que no debemos pasar por alto sino tener como dignas de imitar.
A) Preparar su corazón
¿Cuántos de nosotros predicamos por amor a Dios? muchas veces vemos el oficio de la predicación como un trabajo obligatorio, más aquellos que llevan años predicando mes tras mes y han llegado a un punto en que lo que hacen les es monótono y aburrido. Esdras sabía muy bien lo que tenía que hacer y no podía hacerlo sin pasión por el Señor. El texto citado anteriormente es realmente retador para nosotros, Esdras había preparado su corazón para las acciones que llevarían a Israel a buscar a su Dios nuevamente. Como ministros nuestro corazón debe estar preparado para el servicio, no de mala gana sino con pasión por la obra de Dios.
B) Inquirir la ley de Jehová
La Nueva Traducción Viviente, dice que Esdras había decidido estudiar y obedecer la ley del Señor. Creo que este punto es crucial para el ministerio de la predicación, no se puede enseñar lo que no se conoce y creo que es aquí donde el predicador moderno falla vez tras vez. Nuestra cultura evangélica mira con desagrado la preparación teológica de los ministros de la Iglesia, he escuchado en muchas predicaciones un texto muy famoso pero que es sacado de contexto "la letra mata". Ese es el texto favorito de los que repudian el estudio sistemático de las escrituras, no obstante las mismas Escrituras demandan que el predicador sea preparado y que conozca la Biblia.
C) Para cumplirla
Debemos quitar de nuestra cabeza la idea de que el ministerio de la predicación solo se limita a un púlpito, dos o tres veces por semana o mes. El predicador no solamente debe conocer, también tiene que cumplir lo que conoce. No podemos pararnos ante la Iglesia a hablar en contra del adulterio si nosotros vivimos en esa condición, sería una gran hipocresía enseñar lo que no vivimos pues fuimos llamados a ser hacedores de la Palabra.
"Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos".(Santiago 1:22 RVR)
D) Para enseñar en Israel
Esdras preparó su corazón, estudió la ley, aplicó esa ley a su vida y finalmente la enseñó a su pueblo. Estos son los pasos a seguir para los que predicamos en este tiempo, no podemos predicar lo que no nos apasiona, no podemos enseñar lo que no conocemos y tampoco podemos enseñar lo que no vivimos. La gente tiene hambre de escuchar, pero lamentablemente lo que están escuchando muchas veces no es el Evangelio, hoy en día se apelan a las emociones más que anunciar el arrepentimiento de pecados. Niños, jóvenes y adultos están desnutridos espiritualmente porque la predicación en nuestras congregaciones, no tiene contenido bíblico.
Todos estos aspectos son necesarios en nuestra vida, solamente así podremos desempeñarnos con más eficacia y agardando a aquel que nos llamó a su obra, recuerda, Dios usara a aquel que es fiel con su Palabra, Dios respaldara al hombre que se apasione por la verdad, conozca la verdad, viva la verdad y enseñe la verdad.
Escrito por Madaín Figueroa.
